domingo, 13 de septiembre de 2009

Qué recuerdo de mis maestros y qué es lo que copio o evito de ellos

Hola, esta tarea es de Creación de ambientes de aprendizajes.

Un máximo seis profesores marcaron mi actividad docente, realmente no recuerdo el nombre de todos, tres me enseñaron lo que debo hacer y tres lo que no debo hacer, primero les contaré de los que me ensañaron qué hacer.
El primero y que recuerdo curiosamente con gran cariño fue un profesor de cácluco diferencial e integral en la preparatoria, le deciamos el "Chivito loco" era excelente, te explicaba la suma 2+2=4, cuando todos deciamos que habíamos entendido, nos auguraba éxito, te sibaba el ego y justo cuando estabas como pavoreal, pedía resolver 34b+7a*25ab=? ¡Nos lanzaba al vacío!, lo que nos obligaba a razonar el proceso, debias vencer la hormona que te decía "vale más la pena voltear a ver a la bella Emeralda que saber el resultado de esa fórmula tan loca". El segundo lugar lo tiene una profesora de física y química, ella despertó en mi un amor irresistible por la química a tal grado que decidí estudiar una carrera llena de física y química, nos enseñó con chistes, recuerdo que los experimentos eran muy divertidos, fue mi primer contacto con la ludopedagogía, al grado que entre todas las materias del día "química" era un oasis, lamentablemente el tiempo hace estragos en mi memoria y tampoco recuerdo su nombre. El tercer profesor del que les platicaré fue mi vocal en el examen profesional de adminsitración, el profesor Alberto Ruíz, Ruíz qué, no lo sé, él nos motivava a discutir los temas, nunca consideró tener la verdad absoluta, nos daba varios puntos de vista del mismo tema y promovía la discusión hasta llegar a "definición propia" a veces quedaban cuatro o cinco definiciones en el salon (eramos cinco en el grupo), todas ellas con los mismos elementos, la diferencia era la forma de expresarla, nos pedía dar ejemplo personales de lo que se estudiaba, él nos enseño a desarrollar argumentos de defensa o refutación, recuerdo que rompía tanto nuestros paradigmas que a veces tomabamos clase en un sanborns, el el burguer boy y hasta en las gordas borrachas en medio de la rocola y una piramide interminable de botellas de cervezas y platos con restos de gorditas de chicharrón y requesón, para aprender el proceso de liquidación de personal.
Se puede decir que soy un daikirí de los tres.

En la sección de mi relato en al cual platicaré de los profesores más allá del límite de malo, pasando por nefastos, horribles, que generaban pesadez estomacal, mental y existencial, simplemente comentaré la materia y "qué hacían", seré un caballero, diré el pecado mas no el pecador, pues sé de buenas fuentes que aún siguen en la docencia y no me gustaría hacerles daño alguno.

El primero impartía la materia de ética, era un ególatra y toda la materia era sobre su persona, él como ejemplo del mundo, la Santa inquisición se quedaba corta con su postulado de la tierra como centro del universo, el universo entero giraba en torno a él, no aprendí mucho de ética mas si de su vida personal gustos y demás menudeces de un buen ególatra.
El segundo profesor impartía la materia de teoría administrativa, llegaba a la clase, saludaba y sin hacer contacto visual, se sentaba en la silla sacaba el libro de su portafolio tipo "doctor de pueblo" (hasta el polvo del camino tenía) e inciaba el dictado, dos horas completas de dictado, y a una velocidad que siempre creí que nos consideraba una extensión de un telefax, (en esa materia agradecí a Dios heberme hecho ambidiestro) no aceptaba preguntas, si perdias dos o tres palabras no se regresaba, simplemente dictaba, dictaba y dictaba, hubieron clases en que llevé una grabadora y la dejé grabar en lo que hacía otras cosas, pasé la materia gracias a la técnica de escuchar las grabaciones mientras duermes, a él no le importó que en lugar de alumnos terminó el curso con siete grabadoras y siete alumnos haciendo lo que más les conveniera en sus dos horas, como trabajábamos la mayoría, agradeciamos su estilo pues nos permirtía llegar a comer a la cafetería de la escuela.
El tercer y último profesor fue en la maestría de mercadotecnia, nos dio las materias centrales de la misma, mercadotecnia, mercadotecnia internacional, y otra cuyo nombre ni siquiera aparecen en mi mente, al llegar hablaba de todo menos de la materia, eso si, nos hizo comprar todos sus libros (ha publicado más de siete libros) aprendí muchísimo de la "Santa muerte", de los amuletos para la buena suerte, con contarles que en una de las sesiones de examen, nos pidió que formaramos un círculo, nos tomarámos de las manos y colocó una vela al centro del circulo, estaba en un rollo de espiritismo y quería invocar "al muerto", en lo personal me paré y lo mande a chiflar a la loma más alta de su mundo mágico-religioso.

En fín agradezco a todos los maestros desde los sublimes que era un gusto y honor estar en su materia, hasta los que como ya dije antes, generaban un malestar existencial al salir de su materia, pues garcias a ellos soy lo que soy hoy en día, Los tres primeros despertaron la vocación de la docencia mientras que los tres últimos profesores me permitieron definir lo que no debo hacer ante el grupo, por esos aunque parezca absurdo, les agradezco haberme dado clase.

1 comentario:

  1. Hola, estoy de acuerdo con la compra del proyector, sugiero que se rife o que se venda al final del curso y se reparta la lana.

    atte. Juan G. Brito

    posdata. no encontre otra forma de hacer mi publicación, favor de hacerlmela llegar

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